En septiembre de 1945, Jaume Victori y Lluís Oliva ponían en marcha los embarrados de un pequeño taller situado en los bajos del número cincuenta y cinco de la Pujada del Castell, en pleno centro de la ciudad de Manresa.
Por una parte, el taller seria destinado a la reparación de maquinaria y fabricación de utillajes y, por otra, al mantenimiento de las fábricas textiles y a la construcción de depósitos, calderas y conducciones de vapor. En 1952, la actividad creciente hizo necesario el traslado de la empresa a un nuevo taller en la calle Calvo Sotelo, a poca distancia del anterior.
En verano de 1969, Sebastià Catllà, sobrino de Lluís Oliva, sucedía Jaume Victori, adquiriendo su parte del negocio y convirtiéndose en socio de su tío. Ambos constituyeron la razón social Lluís Oliva. Poco después, se unía Francesc Solé, vinculado familiarmente con la familia Catllà. Con su incorporación al accionariado, en enero de 1972 la empresa era constituida como la sociedad anónima que perdura hasta hoy, L. Oliva Torras, S.A. En 1969, la empresa había trasladado sus instalaciones a los bajos del número once de la calle de Torruella, ya fuera del núcleo urbano. En 1973 eran adquiridos unos terrenos de cuatro mil metros cuadrados en el Camí de Rajadell, donde la empresa se trasladaría en 1974 y todavía hoy mantiene su sede central.
Durante aquellos años, la empresa seguía dedicada a la industria textil mientras diversificaba sus actividades con la industria cerámica y auxiliar de la automoción. Esta diversificación permitió superar los ciclos económicos desfavorables de los años setenta. Al frente de un ya numeroso equipo de profesionales del metal, establecían duraderas relaciones con grandes empresas e industriales de Cataluña para quienes fabricaban componentes, conjuntos, moldes, matrices y todo tipo de maquinaria, una actividad creciente que restaba peso a los trabajos de calderería.
Con la incorporación de la tercera generación, llegó una revolución: la tecnología CNC y la informatización. Ramon Mandaña, yerno de Francesc Solé, y Sebastià y Jordi Catllà, hijos de Sebastià Catllà, asumían el reto de modernizar la fábrica convirtiéndola en un avanzado centro de ingeniería y fabricación de muebles y componentes metálicos, uno de los líderes del estado español.
La colaboración con grandes multinacionales de diversos sectores aportaría un conocimiento y experiencia que devinieron en los pilares del futuro de Oliva Torras. Siguiendo el auge de la subcontratación, la fábrica crecería con nuevas naves y la constante inversión en tecnología con el fin de disponer de maquinaria de corte, punzonado y plegado controlada por ordenadores, más precisa y rápida.
En 1985, Oliva Torras, en asociación con Mecos y el distribuidor nacional de este fabricante italiano, fundaba Mecos Ibérica, S.A. Con esta alianza, Oliva Torras iniciaba la fabricación de productos propios como conjuntos universales para transformar plegadoras y cizallas en máquinas de control numérico, sistemas de apilado y empacado adaptables a cualquier tipo de cizalla, máquinas para quitar rebabas y almacenes automáticos de chapa.
De forma simultánea, la empresa se orientaba a la fabricación de pequeñas y medianas series de componentes metálicos. Así mismo construía maquinaria, con frecuencia piezas únicas, para diversos sectores industriales. La fabricación de todo tipo de muebles metálicos y con aplicaciones diversas empezaría a significar la mayor parte de la producción destinada a sectores como la seguridad, la energía, el transporte refrigerado, la gestión de estacionamientos, las máquinas recreativas y la industria ferroviaria entre otros.
Con el siglo XXI llegaría la transformación de la empresa en lo que hoy es Oliva Torras Grup, un modelo de negocio de éxito formado por empresas y divisiones industriales independientes y líderes en sus sectores. Las nuevas unidades de negocio tomarían el relevo de los grandes clientes de la subcontratación.
En 2005 el cambio de estrategia ya era visible con la organización de Oliva Torras en tres divisiones industriales: Oliva Torras Metal, que concentraba todos los proyectos vinculados a la subcontratación, Oliva Torras Energy, que iniciaba la andadura en el desconocido mundo de las energías renovables, y Oliva Torras Mount & Drive Kits, que empezaría a ser reconocida por la fabricación de soportes para el montaje de compresores en vehículos refrigerados.
En abril de 2007, Oliva Torras participaba en la fundación de SMI 2000, una nueva sociedad con sede en Sant Cugat del Vallès dedicada, por una parte, al diseño y fabricación de muebles de video bingo y AWP para los principales actores del sector del recreativo en el mercado nacional, así como desarrollando tecnología y productos propios que comercializaba a través de otros fabricantes y distribuidores.
En 2011 y dando continuidad a un proceso iniciado en 2008, Oliva Torras adquiría la totalidad de acciones de Meypar, empresa dedicada al desarrollo y comercialización de sistemas para la gestión de estacionamientos y zonas de estacionamiento regulado en la vía pública.
En 2012, Oliva Torras presentaba en la feria Innotrans, la creación de la división Railway, especializada en el suministro de proyectos integrales de interiorismo, no tan solo fabricando los componentes metálicos, sino con capacidad para desarrollar la ingeniería y gestionar toda la cadena de suministros para entregar proyectos llaves en mano.
La internacionalización del grupo, con actividades en países de todo el mundo, se ha consolidado en los últimos años con la creación de empresas propias en México, Estados Unidos y Perú.
Con un modelo de negocio tan diversificado, productos de alto contenido tecnológico y personalizados, y un crecimiento sostenido, la transformación de la fábrica y de la organización se ha acelerado en los últimos años. Por una parte, incorporando rápidamente toda la tecnología necesaria para el desarrollo y fabricación de productos avanzados. En segundo lugar, optimizando la ubicación de las secciones y la organización de procesos adecuándola a la fabricación de pequeñas y medianas series de productos altamente personalizados. Y por último, potenciando el capital humano atendiendo su crecimiento, y consolidando un equipo directivo formado por personas con una dilatada trayectoria en Oliva Torras.
Hoy, Oliva Torras Grup reúne más de quinientas personas de nacionalidades, culturas, orígenes y motivaciones distintas, pero unidas por una misión y unos valores. La misión se transformará con la tecnología, el progreso y la sociedad. La empresa seguirá adaptándose a los tiempos. Pero los valores perdurarán inalterables y se enriquecerán, dado que han sido forjados des de 1945. Definen una forma de hacer conformada por la manera de ser de los fundadores, sus sucesores y de todas las personas que han formado parte de esta historia. Y son estos valores los que han conducido la empresa al hito de celebrar 75 años de progreso.